martes, 14 de marzo de 2017

MIRAR CON LOS PIES DESCALZOS

¡Hola vecin@s!

Hoy me he quedado observando a mi bebé durante un largo rato. No es que no lo haga normalmente, pues me encanta, pero hoy lo he hecho con especial atención.


Es increíble la cara de ilusión y satisfacción que pone cada vez que se quita los zapatos. Se le ilumina la cara y pica con los pies en el suelo con fuerza como si fuera lo más importante del mundo, como si fuera la primera vez que lo hace.

Momentos después se da un tirón de los calcetines y, al quitárselos, se le escapa la risa. Entonces se pone en pie, mueve los deditos de sus pequeños pies y echa a andar con ese paso firme pero indeciso a la vez, que tienen los bebés de su edad.

Está descubriendo el mundo y todo es nuevo. Las experiencias, aun vividas el día de antes, siguen siendo aventuras nuevas y emocionantes y las vive como tales. Una emoción que se le refleja en la cara con una sonrisa pícara.

Y aquí viene cuando me pregunto En que momento los adultos perdemos esa ilusión. Dejamos de mirar el mundo con ojos aventureros y quitamos importancia a las cosas pequeñas como quitarnos los zapatos y caminar descalzos. Solo queremos vivir grandes aventuras, hacer viajes largos e inolvidables, tirarnos desde un puente atados por los pies.... Y todo eso está bien, no nos engañemos.

¿Pero que me decís de las pequeñas cosas? Mirar al cielo por las mañanas y descubrir las nubes, el sol o la luna. Oler el café como si fuera la primera vez que lo tomamos. Disfrutar del paisaje mientras vamos al trabajo. Todo esto nos lo perdemos por la monotonía de nuestras vidas, lo vemos cada día y no le damos importancia, peor sería magnífico poder ser como un niño de vez en cuando e ilusionarnos con cosas pequeñas.

Y no quiero engañar a nadie, me incluyo en esta vida que pasa rápido frente a nosotros sin casi verla. Tenemos demasiadas responsabilidades y cosas que hacer. Pero, viendo a mi bebé, a partir de ahora intentaré ser un poco de esa manera y "descubrir" algo nuevo todos los días. Es tarea difícil, pero no imposible.

Y vosotros, ¿os atrevéis?

Firmado, 

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